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sábado, 13 de abril de 2013


La lista de estadounidenses vetados por violar derechos humanos

Publicado: 13 abr 2013 | 7:58 GMT Última actualización: 13 abr 2013 | 11:55 GMT
El documento ruso atañe a 18 personas entre ellas personas involucradas en las torturas de Guantánamo

“La guerra de listas no es algo que hayamos elegido nosotros, pero no tenemos derecho a no responder a un chantaje abierto”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.  

"Constatamos muy a nuestro pesar que EE.UU. a raíz de las disposiciones de la absurda ‘Ley Magnitski’ publicó los nombres de ciudadanos de Rusia contra los que introdujo sanciones de visados y financieras. Nuestra evaluación de este paso hostil es bien conocida. Bajo la presión de  miembros de mentalidad rusófoba del Congreso de EE.UU. las relaciones bilaterales y la confianza mutua sufrió un fuerte impacto", dijo el portavoz de la cancillería rusa Alexánder Lukashevich.

"Cabe destacar que, a diferencia de la de EE.UU., compuesta de forma arbitraria, nuestra lista incluye, en primer lugar, aquellas personas que están involucrados en la legalización de la tortura y la detención indefinida en la prisión especial de Guantánamo, en el encarcelamiento y secuestro de ciudadanos rusos en terceros países, y en los ataques que atentan contra sus vidas y su salud", señaló Lukashevich. 

Rusia actúa en reciprocidad a la llamada ‘lista Magnitski’ publicada por EE.UU. el viernes. El documento incluye a 18 personas que, según Washington, están involucradas en violaciones de los derechos humanos y, en concreto, con la muerte de Serguéi Magnitski, asesor del fondo de inversión británico Hermitage Capital, que falleció en prisión en noviembre del 2009 a la espera de ser juzgado por evasión fiscal a gran escala. Contra estas personas EE.UU. planea introducir sanciones financieras y de visado. 

 
Lista de los ciudadanos de EE.UU. que tienen prohibida la entrada en la Federación de Rusia conforme a la ‘Ley Federal № 272-FZ sobre las sanciones a personas involucradas en la violación de los básicos derechos y libertades humanas, derechos y libertades de los ciudadanos de la Federación de Rusia’ 

 1. Personas involucradas en la legalización y aplicación de torturas, detención sin plazo de recluidos  (‘Lista Guantánamo’)  

1. David Spears Addington  -  Jefe de gabinete del vicepresidente de EE.UU. (2005-2008)  

2. John Choon Yoo - Asesor del Departamento de Justicia de EE.UU. (2001-2003 )  

3. Geoffrey D. Miller - Jefe de la base militar Guantánamo (2002-2003)  

4. Jeffrey Harbeson - Jefe de la base militar Guantánamo (2010-2012)  

2. Personas involucradas en la violación de los derechos y libertades de ciudadanos rusos en el extranjero  

5. Jed Saul Rakoff -  Juez federal del Distrito sur de Nueva York   

6. Preetinder S. Bharara - Fiscal federal del Distrito Sur de Nueva York  

7. Michael J. Garcia - Ex fiscal federal del Distrito Sur de Nueva York  

8. Brendan R. McGuire - Fiscal federal adjunto del Distrito Sur de Nueva York  

9. Anjan S. Sahni - Fiscal federal adjunto del Distrito Sur de Nueva York  

10. Christian R. Everdell - Fiscal federal adjunto del Distrito Sur de Nueva York  

11. Jenna Minicucci Dabbs - Fiscal federal adjunto del Distrito Sur de Nueva York  

12. Christopher L. Lavigne - Fiscal federal adjunto del Distrito Sur de Nueva York  

13. Michael Max Rosensaft - Fiscal federal adjunto del Distrito Sur de Nueva York  

14.  Louis J. Milione - Agente Especial Principal de la Agencia Antidroga   

15. Sam Gaye - Agente Especial Principal de la Agencia Antidroga  

16.  Robert F. Zachariasiewicz - Agente especial de la Agencia Antidroga  

17.  Derek S. Odney - Agente especial de la Agencia Antidroga  

18. Gregory A. Coleman - Agente del FBI   
 


Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/91646-rusia-lista-guantanamo-eeuu

martes, 2 de abril de 2013


CHOMSKY / ¿Puede la 

civilización sobrevivir al 

capitalismo?

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NOAM CHOMSKY – Hay capitalismo y luego el verdadero capitalismo existente. El término capitalismo se usa comúnmente para referirse al sistema económico de Estados Unidos con intervención sustancial del Estado, que va de subsidios para innovación creativa a la póliza de seguro gubernamental para bancos demasiado-grande-para-fracasar.
El sistema está altamente monopolizado, limitando la dependencia en el mercado cada vez más: En los últimos 20 años el reparto de utilidades de las 200 empresas más grandes se ha elevado enormemente, reporta el académico Robert W. McChesney en su nuevo libro Digital disconnectCapitalismo es un término usado ahora comúnmente para describir sistemas en los que no hay capitalistas; por ejemplo, el conglomerado-cooperativa Mondragón en la región vasca de España o las empresas cooperativas que se expanden en el norte de Ohio, a menudo con apoyo conservador –ambas son discutidas en un importante trabajo del académico Gar Alperovitz.
Algunos hasta pueden usar el término capitalismo para referirse a la democracia industrial apoyada por John Dewey, filósofo social líder de Estados Unidos, a finales del siglo XIX y principios del XX. Dewey instó a los trabajadores a ser los dueños de su destino industrial y a todas las instituciones a someterse a control público, incluyendo los medios de producción, intercambio, publicidad, transporte y comunicación. A falta de esto, alegaba Dewey, la política seguirá siendola sombra que los grandes negocios proyectan sobre la sociedad. La democracia truncada que Dewey condenaba ha quedado hecha andrajos en los últimos años. Ahora el control del gobierno se ha concentrado estrechamente en el máximo del índice de ingresos, mientras la gran mayoría de los de abajo han sido virtualmente privados de sus derechos.
El sistema político-económico actual es una forma de plutocracia que diverge fuertemente de la democracia, si por ese concepto nos referimos a los arreglos políticos en los que la norma está influenciada de manera significativa por la voluntad pública. Ha habido serios debates a través de los años sobre si el capitalismo es compatible con la democracia. Si seguimos que la democracia capitalista realmente existe (DCRE, para abreviar), la pregunta es respondida acertadamente: Son radicalmente incompatibles. A mí me parece poco probable que la civilización pueda sobrevivir a la DCRE y la democracia altamente atenuada que conlleva. Pero, ¿podría una democracia que funcione marcar la diferencia? Sigamos el problema inmediato más crítico que enfrenta la civilización: una catástrofe ambiental. Las políticas y actitudes públicas divergen marcadamente, como sucede a menudo bajo la DCRE. La naturaleza de la brecha se examina en varios artículos de la edición actual del Deadalus, periódico de la Academia Americana de Artes y Ciencias.
El investigador Kelly Sims Gallagher descubre que 109 países han promulgado alguna forma de política relacionada con la energía renovable, y 118 países han establecido objetivos para la energía renovable. En contraste, Estados Unidos no ha adoptado ninguna política consistente y estable a escala nacional para apoyar el uso de la energía renovable. No es la opinión pública lo que motiva a la política estadunidense a mantenerse fuera del espectro internacional. Todo lo contrario. La opinión está mucho más cerca de la norma global que lo que reflejan las políticas del gobierno de Estados Unidos, y apoya mucho más las acciones necesarias para confrontar el probable desastre ambiental pronosticado por un abrumador consenso científico –y uno que no está muy lejano; afectando las vidas de nuestros nietos, muy probablemente. Como reportan Jon A. Krosnik y Bo MacInnis en DaedalusInmensas mayorías han favorecido los pasos del gobierno federal para reducir la cantidad de emisiones de gas de efecto invernadero generadas por las compañías productoras de electricidad. En 2006, 86 por ciento de los encuestados favorecieron solicitar a estas compañías o apoyarlas con exención de impuestos para reducir la cantidad de ese gas que emiten… También en ese año, 87 por ciento favoreció la exención de impuestos a las compañías que producen más electricidad a partir de agua, viento o energía solar. 
Estas mayorías se mantuvieron entre 2006 y 2010, y de alguna manera después se redujeron. El hecho de que el público esté influenciado por la ciencia es profundamente preocupante para aquellos que dominan la economía y la política de Estado. Una ilustración actual de su preocupación es la enseñanza sobre la ley de mejora ambiental, propuesta a los legisladores de Estado por el Consejo de Intercambio Legislativo Estadunidense (CILE), grupo de cabildeo de fondos corporativos que designa la legislación para cubrir las necesidades del sector corporativo y de riqueza extrema. La Ley CILE manda enseñanza equilibrada de la ciencia del clima en salones de clase K-12. La enseñanza equilibrada es una frase en código que se refiere a enseñar la negación del cambio climático, a equilibrar la corriente de la ciencia del clima. Es análoga a la enseñanza equilibrada apoyada por creacionistas para hacer posible la enseñanza de ciencia de creación en escuelas públicas. La legislación basada en modelos CILE ya ha sido introducida en varios estados.
Desde luego, todo esto se ha revestido en retórica sobre la enseñanza del pensamiento crítico –una gran idea, sin duda, pero es más fácil pensar en buenos ejemplos que en un tema que amenaza nuestra supervivencia y ha sido seleccionado por su importancia en términos de ganancias corporativas. Los reportes de los medios comúnmente presentan controversia entre dos lados sobre el cambio climático. Un lado consiste en la abrumadora mayoría de científicos, las academias científicas nacionales a escala mundial, las revistas científicas profesionales y el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (PICC). Están de acuerdo en que el calentamiento global está sucediendo, que hay un sustancial componente humano, que la situación es seria y tal vez fatal, y que muy pronto, tal vez en décadas, el mundo pueda alcanzar un punto de inflexión donde el proceso escale rápidamente y sea irreversible, con severos efectos sociales y económicos. Es raro encontrar tal consenso en cuestiones científicas complejas. El otro lado consiste en los escépticos, incluyendo unos cuantos científicos respetados –que advierten que es mucho lo que aún se ignora–, lo cual significa que las cosas podrían no estar tan mal como se pensó, o podrían estar peor. Fuera del debate artificial hay un grupo mucho mayor de escépticos: científicos del clima altamente reconocidos que ven los reportes regulares del PICC como demasiado conservadores. Y, desafortunadamente, estos cientí- ficos han demostrado estar en lo correcto repetidamente. Aparentemente, la campaña de propaganda ha tenido algún efecto en la opinión pública de Estados Unidos, la cual es más escéptica que la norma global. Pero el efecto no es suficientemente significativo como para satisfacer a los señores.
Presumiblemente esa es la razón por la que los sectores del mundo corporativo han lanzado su ataque sobre el sistema educativo, en un esfuerzo por contrarrestar la peligrosa tendencia pública a prestar atención a las conclusiones de la investigación científica. En la Reunión Invernal del Comité Nacional Republicano (RICNR), hace unas semanas, el gobernador por Luisiana, Bobby Jindal, advirtió a la dirigencia que tenemos que dejar de ser el partido estúpido. Tenemos que dejar de insultar la inteligencia de los votantes. Dentro del sistema DCRE es de extrema importancia que nos convirtamos en la nación estúpida, no engañados por la ciencia y la racionalidad, en los intereses de las ganancias a corto plazo de los señores de la economía y del sistema político, y al diablo con las consecuencias. Estos compromisos están profundamente arraigados en las doctrinas de mercado fundamentalistas que se predican dentro del DCRE, aunque se siguen de manera altamente selectiva, para sustentar un Estado poderoso que sirve a la riqueza y al poder.
Las doctrinas oficiales sufren de un número de conocidas ineficiencias de mercado, entre ellas el no tomar en cuenta los efectos en otros en transacciones de mercado. Las consecuencias de estas exterioridades pueden ser sustanciales. La actual crisis financiera es una ilustración. En parte es rastreable a los grandes bancos y firmas de inversión al ignorar el riesgo sistémico –la posibilidad de que todo el sistema pueda colapsar– cuando llevaron a cabo transacciones riesgosas. La catástrofe ambiental es mucho más seria: La externalidad que se está ignorando es el futuro de las especies. Y no hay hacia dónde correr, gorra en mano, para un rescate. En el futuro los historiadores (si queda alguno) mirarán hacia atrás este curioso espectáculo que tomó forma a principios del siglo XXI. Por primera vez en la historia de la humanidad los humanos están enfrentando el importante prospecto de una severa calamidad como resultado de sus acciones –acciones que están golpeando nuestro prospecto de una supervivencia decente. Esos historiadores observarán que el país más rico y poderoso de la historia, que disfruta de ventajas incomparables, está guiando el esfuerzo para intensificar la probabilidad del desastre. Llevar el esfuerzo para preservar las condiciones en las que nuestros descendientes inmediatos puedan tener una vida decente son las llamadas sociedades primitivas: Primeras naciones, tribus, indígenas, aborígenes. Los países con poblaciones indígenas grandes y de influencia están bien encaminados para preservar el planeta. Los países que han llevado a la población indígena a la extinción o extrema marginación se precipitan hacia la destrucción. Por eso Ecuador, con su gran población indígena, está buscando ayuda de los países ricos para que le permitan conservar sus cuantiosas reservas de petróleo bajo tierra, que es donde deben estar. Mientras tanto, Estados Unidos y Canadá están buscando quemar combustibles fósiles, incluyendo las peligrosas arenas bituminosas canadienses, y hacerlo lo más rápido y completo posible, mientras alaban las maravillas de un siglo de (totalmente sin sentido) independencia energética sin mirar de reojo lo que sería el mundo después de este compromiso de autodestrucción. Esta observación generaliza: Alrededor del mundo las sociedades indígenas están luchando para proteger lo que ellos a veces llaman los derechos de la naturaleza, mientras los civilizados y sofisticados se burlan de esta tontería. Esto es exactamente lo opuesto a lo que la racionalidad presagiaría –a menos que sea la forma sesgada de la razón que pasa a través del filtro de DCRE.
(El nuevo libro de Noam Chomsky es Power Systems: Conversations on Global Democratic Uprisings and the New Challenges to U.S. Empire. Conversations with David Barsamian)

Los asesinatos científicos son parte del plan de la CIA

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WAYNE MADSEN / Aporrea.org – El periodista Rory Carroll del diario The Guardian, autoproclamándose especialista en el tema Venezuela, de manera oblicua ha lanzado graves acusaciones en torno a que el fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías fue asesinado empleando un armamento biológico producido en Estados Unidos dentro del mismo rango de los “teóricos conspirativos que indagan acerca de extra terrestres en la localidad de Roswell o que la NASA fabricó las fotografías del aterrizaje en la Luna.” Cierto número de venezolanos y funcionarios internacionales creen que un enemigo de manera encubierta introdujo una forma agresiva de cáncer en el organismo del presidente de 58 años de edad.
Carroll también señaló que el mismo Chávez creía que el cáncer que acabó con la vida algunos líderes de América Latina, incluyendo al presidente argentino, Néstor Kirchner a quien se le diagnosticó cáncer al colon, al presidente brasileño, Luiz Inázio Lula da Silva, quien fue tratado por un cáncer a la garganta, fueron víctimas de un complot de la CIA dirigido contra líderes de izquierda. Curiosamente, Carroll sugiere que el ex presidente de izquierda de Uruguay, Tabaré Vázquez, también se recuperó de un cáncer. De hecho, Vázquez nunca tuvo cáncer, además que él es un reconocido oncólogo educado en Francia. Si el ex presidente del Paraguay, Fernando Lugo, quien el año 2012 fue derrocado por un golpe de derecha apoyado por la CIA, se le diagnosticó un linfoma, cáncer al sistema inmunológico. Carroll sencillamente proclama que como los tres ex líderes se recuperaron no habría tal historia de armamento biológico cancerígeno que involucre a Estados Unidos.
De manera muy conveniente Carroll omite el cáncer que ha afectado a otros líderes latinoamericanos, incluyendo a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, afectada por un cáncer en la tiroides y la presidenta brasileña, Dilma Rousseff afectada por un linfoma. Luego de iniciarse los diálogos de paz con las FARC de Colombia, el presidente conservador Juan Manuel Santos le fue diagnosticado un cáncer a la próstata.
El presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro señaló que Chávez sufrió una “agresión científica” de parte de los enemigos históricos de Venezuela. El Departamento de Estado norteamericano aseguró que la noción era absurda. El dirigente del partido comunista ruso, Gennady Zyuganov indicó que estaba lejos de ser una coincidencia que seis líderes de izquierda contrajeran cáncer aproximadamente en la misma época. El mismo Fidel Castro, que fue blanco de varios intentos de asesinato biológico por parte de la CIA, le reconvino a Chávez “cuídate Hugo. Esta gente (los norteamericanos) ha desarrollado la tecnología. Tienes que tener mucho cuidado.” Fidel Castro casi falleció víctima de una misteriosa afección estomacal e intestinal que contrajo luego de asistir con Chávez y Néstor Kirchner a dos eventos, La Cumbre de los Pueblos y la reunión del MERCOSUR en el mes de julio del 2006 en Córdoba, Argentina. Un cable fechado el 26 de julio del 2006 proveniente de la embajada norteamericana en Buenos Aires, señalaba el disgusto de Washington en torno a la presencia de Castro y Chávez con Kirchner en Córdoba. “Lo que resulta notable de esta cumbre es el grado en que Argentina y Brasil, los dos protagonistas principales del MERCOSUR desde su fundación, desempeñaron papeles secundarios en esta cumbre, mientras que Chávez y Castro fueron los dominantes.” De los tres participantes en la Cumbre de los Pueblos, Kirchner y Chávez están muertos. Kirchner murió de un repentino ataque cardíaco y Chávez de un agresivo cáncer que se le manifestó en la zona pélvica. Chávez comentó que la probabilidad de que tantos líderes latinoamericanos desarrollen cáncer al mismo tiempo es “difícil de explicar.”
El general José Ornella, jefe de la Guardia Presidencial, dijo que pasarían cincuenta años antes que los detalles de “la zarpa del enemigo” incursa en la muere de Chávez emergiera en un documento desclasificado.
El general Ornella y otros podrían no tener que esperar otros cincuenta años por la divulgación de documentación sobre el armamento oncoviral de Estados Unidos. Los registros ya han sido desclasificados y se encuentran disponibles, aunque muchos de ellos han sido destruidos por la CIA bajo la dirección de Richard Helms a comienzos de los años 70.
Aunque la Convención sobre Armamento Biológico y Toxicológico de 1972 ratificada por Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña, prohibía el uso y la posesión de armamento biológico, el ejército, la División de Operaciones Especiales de la CIA en Fort Detrick, Maryland y el Departamento de Servicios Especiales de esta, continuaron almacenando y desarrollando reservas de agentes biológicos cancerígenos para ser utilizados como armamento especial. Los agentes biológicos y su armamento fueron desarrollados especialmente como parte del ultra secreto Proyecto MKNAOMI, una operación conjunta llevada a cabo por la CIA y el Instituto Médico Militar de Investigaciones de Enfermedades Infecciosas, USAAMRIID, (sigla en inglés) ubicado en Fort Detrick.
Pero el empleo por parte de Estados Unidos de agentes cancerígenos como parte de la guerra bacteriológica tuvo sus comienzos mucho antes del inicio de la Guerra Fría y las primeras víctimas de tales armas fueron latinoamericanos. En el año 1931 el Dr. Cornelius P. Rhoads, un científico norteamericano blanco y racista y anti latinoamericanista trabajando para el Instituto Rockefeller de Investigaciones Médicas en San Juan, Puerto Rico, sometió a 13 puertorriqueños a experimentos inyectándoles agentes biológicos cancerígenos. El presidente del Partido Nacionalista de Puerto Rico, Albizu Campos, también conocido como El Maestro, obtuvo una carta de Rhoads dirigida a un amigo en la que Rhoads escribía lo siguiente sobre los puertorriqueños: “Yo podría tener aquí un tremendo trabajo y estoy tentado de tomarlo. Sería el ideal excepto por los puertorriqueños. Fuera de toda duda, son lo más sucio y flojo, es la raza de hombres más degenerada y ladrona que jamás ha habitado esta esfera. A mi me enferma tener que habitar la misma isla con ellos. Son más ruines que los italianos. Lo que esta isla necesita no es un servicio público de salud sino un tsunami o algo que extermine totalmente a la población. Solo entonces podría ser habitable. Yo he hecho lo posible para adelantar el proceso de exterminio matando a ocho de ellos y transmitiendo cáncer a varios más, aunque esto último hasta ahora no ha dado resultados…
La cuestión a considerar, el bienestar de los pacientes, no tiene cabida aquí, de hecho todos los médicos se divierten abusando y torturando a estos desgraciados sujetos.”
Albizu Campos envió su denuncia a la Liga de las Naciones pero sin ningún resultado. En el año 1950 Albizu fue detenido durante la represión contra las actividades del Partido Nacionalista de Puerto Rico en la isla y fue sometido a envenenamiento y quemaduras por radiación. No hay duda que Rhoads, quien dirigía el programa de armamentos bioquímicos en Fort Detrick, el Campo de Pruebas de Dugway y el Centro de Pruebas en el Desierto de Utah y la Zona del Canal de Panamá, se vengó de Albizu Campos sometiéndolo a esos experimentos.
Rhoads luego fue ascendido a la dirección de la Comisión de Energía Atómica, la cual sometió a ciudadanos norteamericanos a peligrosas pruebas radioactivas.
Estando en prisión Albizu Campos sufrió un derrame cerebral el año 1956. El año 1964 fue indultado pero murió a poco salir de la prisión en 1965. The Guardian, el Departamento de Estado y el Pentágono pueden machacar todo lo que quieran acerca de lo “absurdo” de la acusación y sobre “teorías conspirativas” pero es un hecho que el líder nacionalista puertorriqueño fue asesinado por el gobierno de Estados Unidos empleando brutales experimentos médicos mientras él estaba en prisión. Si eso es lo que Estados Unidos está dispuesto a hacer con sus propios ciudadanos ¿a qué extremos sometería Estados Unidos a sus rivales extranjeros?
El MKNAOMI planificó el asesinato de Fidel Castro y del Primer Ministro del Congo, Patrice Lumumba, mediante armas biológicas “exóticas”. La elaboración de estas armas estuvo a cargo del jefe de los Servicios Técnicos de la CIA, Dr. Sidney Gottlieb. Otros programas de armamentos bacteriológicos afiliados a la CIA y al ejército de Estados Unidos llevaban los códigos de DORK y OFTEN/CHICKWIT.
El Instituto Nacional del Cáncer, al tiempo que busca curas para el cáncer, produce derivados para un proyecto forjado por una agencia de inteligencia, denominado Proyecto Oncoviral para el desarrollo de agentes biológicos cancerígenos para aplicaciones militares. El trabajo se realizó en Fort Detrick y luego después de la Convención sobre Guerra Bacteriológica de 1972 que fue firmada por el presidente Richard Nixon, el trabajo secreto para “la producción en gran escala de virus cancerígenos y sospechosos de ser cancerígenos” siguió adelante con un resultado neto en 1977 de la exitosa producción y almacenamiento de 60 mil litros de productos cancerígenos e inmunosupresores.
El año 1970 el Sub Director de Planificación de la CIA, Thomas Karamessines, recomendó que si se ratificaba la Convención sobre Guerra Bacteriológica, las reservas de agentes de guerra bacteriológica debían ser transferidas desde Fort Detrick hacia el Centro de Investigaciones de Huntington de la compañía Becton-Dickinson en Baltimore.
El programa secreto forjado por el Departamento de Estado y la CIA en Fort Detrick incluía reservas de toxinas que causan envenenamiento letal de alimentos. Otros proyectos de investigación incluían la transmisión de virus cancerígenos por vía de aerosoles y la producción de “especies saltarinas” como vectores de virus cancerígenos que pueden saltar desde especies animales hacia humanos.
Una de las primeras víctimas del programa de bio-asesinatos de la CIA pudo haber sido el primer presidente de Angola, Agostinho Neto. Neto fue blanco de la CIA violando la prohibición del congreso. Él rápidamente desarrolló cáncer y murió en un hospital de Moscú en 1979 a la edad de 57 años. Otra probable víctima de la CIA es el ex presidente chileno, Eduardo Frei, quien devino en un franco adversario del dictador instalado por la CIA, Augusto Pinochet. Frei murió en un hospital de Santiago de Chile el 22 de enero de 1982 luego de contraer una sospechosa infección luego de una operación de rutina.
La CIA es pionera en el empleo de agentes cancerígenos que pueden infectar a sus víctimas a través de inyecciones, inhalaciones, contacto epidérmico a través de ropa contaminada, especialmente ropa interior lo cual resulta pertinente con respecto a la formación de una agresiva formación cancerígena en la región pelviana de Chávez; y contacto con su sistema digestivo a través del consumo de alimentos, bebidas e incluso crema dental contaminados.
Existe tal cantidad de documentación sobre el empleo por parte de la CIA de armamento cancerígeno contra sus enemigos que la existencia de tales armamentos no es el problema. El problema verdadero para Venezuela y otros países atacados es determinar cómo los agentes cancerígenos son inoculados y las identidades de los asesinos y de los futuros asesinos.
Nota.- Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bienvenidos en: editorial@strategic-culture.org

 Sebastián Piñera, el Netanyahu de Sudamérica

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JAVIER CLAURE – La guerra diplomática entre Bolivia y Chile, que empezó hace más de un siglo, se intensificó durante los últimos años. Bolivia, a causa de la inercia chilena, acude a foros internacionales para su reivindicación marítima, mientras que Chile sigue estancado en una posición perteneciente al siglo XVIII.
Para entender la mentalidad de la mayoría del pueblo chileno, es necesario mencionar el libro “Mi país inventado” de Isabel Allende. En las primeras páginas, la escritora chilena, nacida en Lima, escribe: “En mi memoria Antofagasta, que en lengua quechua quiere decir “pueblo del salar grande”, no es la ciudad moderna de hoy. Antofagasta surgió en el siglo XIX como un espejismo en el desierto, gracias a la industria del salitre, que fue uno de los principales productos de exportación del país durante décadas”. Allende no explica el surgimiento de Antofagasta, como parte de Chile, con estrictos argumentos históricos. Se olvidó, completamente, que Antofagasta se anexó al territorio chileno con una brutal ocupación militar, con ayuda inglesa y con tremenda injusticia.
Más adelante advierte: “En 1888 nos adjudicamos la misteriosa Isla de Pascua. Está perdida en la inmensidad del océano Pacífico, a dos mil quinientas millas de distancia del Chile continental, más o menos a seis horas en avión desde Valparaíso o Tahití. No estoy segura de por qué nos pertenece. En esos tiempos bastaba que un capitán de barco plantara una bandera para apoderarse legalmente de una tajada del planeta, aunque sus habitantes, en este caso de apacible raza polinésica, no estuvieran de acuerdo”. Y cuando habla de la bebida nacional chilena, “el pisco sour”, comenta: “El nombre de este licor se lo usurpamos sin contemplaciones a la ciudad de Pisco, en Perú”.
Durante la historia de la humanidad, se han dado usurpaciones de toda índole. En el siglo XVIII algunos países europeos, basados en su poderío bélico, usurparon territorios en el continente africano, y a los ciudadanos los sometían al yugo de la esclavitud. Inglaterra usurpó las Islas Malvinas. Estados Unidos, con burdos acuerdos hechos a punta de fuerza, usurpó el Canal de Panamá y Guantánamo. Israel usurpó tierras palestinas. Y Chile usurpó territorios ricos en materias primas a Bolivia y a Perú. Estados Unidos devolvió el famoso Canal a Panamá después de 85 años. Los europeos han dejado de ser piratas, y ya no se apoderan de territorios ajenos.
La República de Chile, país vasallo de Inglaterra, tenía grandes intereses en zonas de Bolivia y Perú mucho antes que estallará la Guerra del Pacífico. Entre 1860 y 1870, el país mapocho recibió préstamos de Londres por valor de 1000 millones de libras esterlinas. La doctrina maquiavélica y criminal de Diego Portales, que fue ministro del interior de Chile en la década de 1830, se puso en marcha para lograr, como él decía, “el poderío marítimo” (Sea power). Para Portales no existía el respeto, los principios de hermandad, de solidaridad etc. Estaba sujeto a la fuerza bruta y fue un enemigo acérrimo de la Confederación Perú-Boliviana. Por su falta de honestidad a los principios de justicia, se lo puede catalogar como violador de los valores éticos y morales.
Decía por ejemplo: “un presidente debería violar la ley si era por el bien del país”. Y es precisamente eso lo que ha hecho Chile al apoderarse de territorios ajenos. El ejército chileno, con la ayuda de la Armada británica, merodeaba las costas de Bolivia y Perú. Finalmente, estalló la guerra el 14 de febrero de 1879. El británico John Thomas North, apodado “El rey del Salitre” (1842-1896) colaboró con el ejército chileno en la ocupación de Iquique y Antofagasta. A partir de esas usurpaciones, Chile se convirtió en el país causante de grandes heridas que aún, después de 134 años, no han cicatrizado. Bolivia, por su parte, ha hecho todo lo posible para llegar a un acuerdo mutuo con Chile, y así obtener un corredor soberano hacia el océano Pacífico, de manera que los dos países se beneficien. Desgraciadamente, Chile se ha aferrado al morboso y mal hecho Tratado de Paz y Amistad de 1904.
Los gobernantes chilenos se han aferrado a conceptos que van totalmente en contra de una integración regional. En cada frase altisonante pronunciada por las autoridades chilenas, se oculta su ejército sediento de sangre, de botín y de territorios ricos en materias primas. El gobierno chileno, sus militares y la mayoría de su población se han olvidado que los tiempos de corsarios quedaron atrás. Por eso actúan con esa soberbia que les sale desde los tuétanos. Sebastián Piñera, el Netanyahu de América Latina, es la fiel encarnación de los presidentes de turno que pasaron por La Moneda con diferentes ropajes, sin contar a Salvador Allende. Piñera no oculta, para nada, su odio contra Bolivia. Hay que verlo cuando se refiere al tema marítimo. Habla con furia, con gestos de Pinochet, con los ojos desorbitados, con el puño en alto, se le traba la lengua y da la impresión que, en momentos determinados, llega atorarse con su propia saliva. Chile amenaza permanentemente con guerra a Bolivia. Y el gobierno de Evo Morales ha dado grandes lecciones, a la administración de Piñera, en cuando a pacifismo y hermandad se refiere.
He utilizado el término “mayoría de su población” porque según una encuesta hecha por la Empresa Ipsos Chile, el 80 % de los chilenos está de acuerdo con no ceder territorio a Bolivia. Además, Iván Moreira Barros, miembro de la comisión pro Pinochet Unión Demócrata Independiente declaro: “En Chile, la política exterior es política de Estado, y cuando se trata de defender nuestra soberanía; hay una sola voz y estamos todos unidos tras el presidente de Chile”. Y continúa: “Cuando se trata del litigio centenario con Bolivia por las costas del Pacífico, en Chile no hay izquierda ni derecha”. Otra encuesta hecha por el periódico “La Tercera”, señala que un alto porcentaje de los chilenos piensan de la siguiente manera: “Puedo odiar a mi presidente, pero más odio la idea de entregar territorio a Bolivia”. Declaraciones alarmantes en un país donde se jactan de su democracia y, poco menos, de pertenecer al Primer Mundo (!!). En el 20 % restante, están intelectuales, artistas, poetas, escritores, periodistas y otras personas concienzudas que abogan por una salida al mar para Bolivia.
En realidad, Chile da la espalda a América Latina (palabras de Isabel Allende). Y como efecto, Bolivia traza nuevas estrategias para no caer en la trampa del enemigo. El duro cruce de palabras entre Morales y Piñera, durante la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Santiago de Chile, demuestra que Chile y Bolivia tienen temas pendientes con respecto al océano Pacífico. A Piñera y su gobierno no les gustó el discurso de Evo Morales en ese foro internacional. Por eso se vengaron cobardemente con los tres soldados inocentes que, por equivocación en la frontera, cruzaron hacia territorio chileno.
Por otra parte, Chile, como siempre, quiere ver enfrentados a Bolivia y Perú. Pero no es Perú que ha usurpado territorios a Bolivia. La enunciación del señor Piñera: “si Chile pierde en la Corte de La Haya, Bolivia no tendrá posibilidad de salida al mar”, muestra que su país sigue empantanado en la lógica de Portales, y no le interesa una verdadera integración continental.
Bolivia, como en el pasado, tiene un gran peso geopolítico como país distribuidor de energía. Sus hidrocarburos y otras riquezas naturales son poderosas cartas para jugar en un mundo más desarrollado en donde prevalece el avance de la humanidad. Chile grita a voz en cuello por tener el gas boliviano en sus industrias, pero al mismo tiempo ha revelado, desde hace muchas décadas, salvajismo y agresividad contra Bolivia. Con todas estas actitudes en una balanza, Chile no solamente es un mal vecino, sino también una espina incrustada en el continente latinoamericano.
Bolivia jamás ha reclamado a Chile el total de su territorio arrebatado (400 km lineales de costa y 120000 km2 de territorio). Jamás ha reclamado la mina Chuquicamata, el cobre, el oro, la plata, el zinc, el litio y otros minerales que se encuentran en territorio que pertenecía a Bolivia. Lo único que reclama es una salida hacia al océano Pacífico, pero “con soberanía” , para exportar sus riquezas naturales. Bolivia nació como república con su Litoral, y recuperar un corredor soberano hacia las costas del Pacífico es, sin ningún género de dudas, el deber de todo el pueblo boliviano.
El tema del mar en Chile no es de un gobierno pasajero, sino más bien es un asunto de Estado. Ni siquiera Salvador Allende, que tuvo las más nobles aspiraciones, pudo lograr un acuerdo a favor de Bolivia. Es decir, mientras el Estado chileno, junto a su ejército, sigan con filosofías guerreras y expansionistas; jamás se logrará una plena integración en ese rincón del mundo. Un sondeo hecho por la Universidad del Desarrollo de Chile (UDC) evidencia que el 44% de los chilenos y un sector amplio de las FF.AA, demandaron al gobierno de Piñera a no acatar el fallo de La Haya, si es favorable al Perú.
Es conocido que Chile destina gran porcentaje de la venta del cobre a la compra y fabricación de armas. Y ha utilizado ese poderío para actuar con mucha altanería y prepotencia. En resumidas cuentas: Chile es el Israel de América Latina que, en cualquier instante, puede desatar una guerra. Isabel Allende, no se equivocó con el título de su libro. Chile con los territorios usurpados a Bolivia, a Perú y con la bandera que plantó en la Isla de Pascuas, es un país que, en gran medida, fue inventado por sus gobernantes.