Queremos que la ciudad de Ushuaia se convierta en una base logística para apoyar las tareas científicas en la Antártida”, dijeron los funcionarios del Ministerio de Defensa al diario La Nación antes de partir a Estados Unidos.
Representantes de la delegación que intenta firmar convenios de “cooperación militar” con sus pares del Pentágono, afirmaron al diario de Mitre: “Procuramos retomar una instancia política que era habitual en la relación entre la Argentina y Estados Unidos”.
El periodista y analista político Carlos Aznárez señaló al respecto: “Lo que se pone en marcha, con gran velocidad, es afianzar las relaciones carnales con Estados Unidos en un campo en el que desde la época de Menem no se planteaba, que es el tema de la colaboración militar. Esto implica el pago del ‘peaje’ que siempre exige Estados Unidos”.
“Siempre se habló de Tierra del Fuego como una posible base norteamericana. Allí había un observatorio meteorológico, que no era tan meteorológico, sino que de alguna manera generaba información hacia los Estados Unidos. Esto se habló mucho en la época de Carlos Menem y después durante el gobierno de la Alianza”, aseguró Aznárez.
El analista también remarcó que “ahora se tira atrás todo lo que se había avanzado en el anterior gobierno, cuando Nilda Garré expulsó del Ministerio de defensa a la CIA y cerró la oficina que tenían allí. Se tira por tierra cada una de esas actitudes que tuvo el gobierno anterior para restablecer la soberanía”.
“Creo que es muy grave lo que está pasando con este tema. Paraguay ya es una base norteamericana, Brasil va a establecer también relaciones militares con Estados Unidos, Chile tiene una base en Concón, que teóricamente está disfrazada para temas de paz, pero ya sabemos lo que hacen los norteamericanos con los temas de paz. En ese sentido, Argentina está en un momento grave. Por eso me refiero a Menem, porque desde esa época, cuando mandamos un barco para la Guerra del Golfo, no se habían producido este tipo de avances. Esta es la política que impone en imperialismo en toda la región”, aseguró.
La práctica de Estados Unidos de sembrar bases por todo el continente ha sido denunciada por varios especialistas. También el intento de disfrazar muchos de esos centros militares como espacios de investigación científica, lucha contra el narcotráfico o asistencia ante catástrofes ha sido expuesto por varias investigaciones. Los libros Territorios Vigilados, de Telma Luzzani, y América Latina en la geopolítica del imperialismo, de Atilio Boron, son dos excelentes ejemplos de estas denuncias.
Carlos Aznárez recordó que “la base del Chaco, que se paralizó y que parecía que iba a ser un observatorio, y después lo hicieron un hospital, en realidad era una base militar encubierta. Hubo mucha movilización y también mucha sensibilidad en un sector de la Cancillería y en la propia Cristina”.
“Ellos montan misiones humanitarias para encubrir injerencia activa en los países. Montan observatorios meteorológicos para disimular bases. No puede ser más claro, el viceministro de Defensa está allá haciendo gestiones. Nunca nos vamos a enterar de cuántos acuerdos hicieron. Está claro que van en camino a afianzar relaciones militares que nos van a traer problemas, sobre todo en el marco que estamos viviendo en el mundo hoy, donde el Daesh (el Estado Islámico) y cada una de las estructuras que crearon los yanquis y se les han ido de las manos golpean en cualquier país”, afirmó el especialista.
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