Sancor y La Serenísima cierran plantas en Córdoba y en Santa Fe. En una inédita crisis del sector lechero Sancor y La Serenísima cierran plantas de producción y profundizan una situación que ahora contagia al eslabón industrial de la cadena lechera.
La Serenísima anunció que el 31 de julio cerrará su planta clasificadora de la ciudad santafesina de Rufino debido a que no recibe la cantidad de leche suficiente para que el funcionamiento de la misma pueda ser sustentable.
“Como consecuencia de ello, la planta no está en condiciones de procesar la cantidad mínima de leche para ser sustentable operativamente”, afirmó Mastellone.
La Municipalidad de Brinkmann le propuso a SanCor mudar al Parque Industrial Regional del Noreste la planta que la cooperativa tiene en pleno casco urbano de esa localidad y en la que trabajan alrededor de 120 personas. La oferta surgió en medio de un encuentro propiciado por el Ministerio de Industria, en el que participaron autoridades de la empresa láctea, el intendente de Brinkmann, Gustavo Tevez, y funcionarios provinciales, en medio de las versiones que circularon en los últimos días acerca de un eventual cierre de la planta.
El ofrecimiento oficial es una apuesta para atenuar el proceso de reestructuración que atraviesa esa unidad industrial de SanCor, que a la vez experimenta una crisis general, con pérdidas alarman?tes en sus estados contables.
Lo que estaría prácticamente decidido es mantener por un tiempo las instalaciones de Brinkmann sólo para la maduración de quesos, aunque irremediablemente se marcha hacia el cierre, según lo que se especula, ya que esa unidad tiene un alto déficit de productividad. En cuanto al tratamiento de fluidos, se llevará a la planta de Morteros.
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