Cuatro días antes de que el papa Francisco recibiera a Mauricio Macri
en el Vaticano, la máxima autoridad de la iglesia católica se
entrevistó con Guillermo Robledo, presidente del Movimiento Helder
Cámara por la Paz entre las Religiones y los Pueblos, y Eduardo Murúa, presidente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER) y trabajador de la metalúrgica IMPA.
Mucho se habló de los "gestos" del Papa para con el presidente argentino y de la marcada formalidad que se observó en la reunión protocolar entre los jefes de Estado. Teniendo en cuenta esto, y el panorama actual de despidos en el sector público y privado, el encuentro entre los dirigentes y Francisco toman una relevancia aún mayor.
"Hablamos más de dos horas con el papa Francisco en Santa Marta, y se mostró muy preocupado por el salvaje ajuste en Argentina, así nos dijo literalmente. Expresó que le hacía acordar al Revanchismo social que él vivió en el año 55, luego de la Libertadora", dijo Murúa en comunicación telefónica con el programa radial Nada del Otro Mundo.
La relación entre el Santo Padre y los trabajadores viene de la época en que Jorge Bergoglio era arzobispo en el país: "Nos conocíamos hace mucho, cuando trabajamos juntos en la recuperación de las empresas y en medio de toda la conflictividad social que había en el país en 2002", recordó el dirigente a Radio Universidad.
Precisamente la intención de Francisco era poder discutir con ellos la situación a partir del nuevo gobierno de Mauricio Macri. "Encontramos en el Papa la misma preocupación que teníamos nosotros respecto a las situación de los despidos, al planteo de la baja del salario y el ajuste".
Murúa contó que el Papa les llegó a adelantar cómo sería el trato que demostraría para con el presidente en su audiencia oficial cuatro días más tarde: "Nos enteramos antes y resultó ser lo que fue, lo que se enteraron todos con los gestos que hizo respecto a la visita", señaló y también agregó que Francisco ya había decidido "sólo estrechar la mano" de los gobernadores y funcionarios que acompañaron a Macri ya que "no entendía cuál era el motivo de esa comitiva", la cual encabezaba Juan Manuel Urtubey.
Mucho se habló de los "gestos" del Papa para con el presidente argentino y de la marcada formalidad que se observó en la reunión protocolar entre los jefes de Estado. Teniendo en cuenta esto, y el panorama actual de despidos en el sector público y privado, el encuentro entre los dirigentes y Francisco toman una relevancia aún mayor.
"Hablamos más de dos horas con el papa Francisco en Santa Marta, y se mostró muy preocupado por el salvaje ajuste en Argentina, así nos dijo literalmente. Expresó que le hacía acordar al Revanchismo social que él vivió en el año 55, luego de la Libertadora", dijo Murúa en comunicación telefónica con el programa radial Nada del Otro Mundo.
La relación entre el Santo Padre y los trabajadores viene de la época en que Jorge Bergoglio era arzobispo en el país: "Nos conocíamos hace mucho, cuando trabajamos juntos en la recuperación de las empresas y en medio de toda la conflictividad social que había en el país en 2002", recordó el dirigente a Radio Universidad.
Precisamente la intención de Francisco era poder discutir con ellos la situación a partir del nuevo gobierno de Mauricio Macri. "Encontramos en el Papa la misma preocupación que teníamos nosotros respecto a las situación de los despidos, al planteo de la baja del salario y el ajuste".
Murúa contó que el Papa les llegó a adelantar cómo sería el trato que demostraría para con el presidente en su audiencia oficial cuatro días más tarde: "Nos enteramos antes y resultó ser lo que fue, lo que se enteraron todos con los gestos que hizo respecto a la visita", señaló y también agregó que Francisco ya había decidido "sólo estrechar la mano" de los gobernadores y funcionarios que acompañaron a Macri ya que "no entendía cuál era el motivo de esa comitiva", la cual encabezaba Juan Manuel Urtubey.
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